El llamado de las madres de la UE. José Ortìn Rodríguez de Maracaibo nos llegó esta mañana después de años de desidia y abandono gubernamental, de aguas negras y putrefactas, de robos a diarios, de falta de electricidad y agua potable, y ahora, de zancudos y chikungunya a millón sumado a la puja del consejo comunal y la contratista por el protagonismo así como por obtener parte de los recursos presuntamente aprobados para reparar las instalaciones del colegio, lo que terminó en atraso y abandono de la obra, y de la pérdida de materiales de construcción; de material didáctico y hasta los tenedores del comedor, los cuales se los llevaron quienes decían que hacían una supervisión ciudadana de los trabajos por parte de un "capataz" impuesto por el consejo comunal.
Gloria Caicedo, dirigente vecinal, ex estudiante de la institución y ahora representante de uno de los niños del colegio, nos pidió difundir esta denuncia. la contratista, llegó, rompió y se fue, dejando todo el colegio en ruinas. La contratista a su vez achaca la responsabilidad a Gobernación de Zulia, desde donde ofrecieron millones sobre millones para reparar el colegio (Pintarlo de rojo y cambiar el marco de las puertas) y luego se hicieron los Willy Mays.
La contratista llegó en Julio de este año, iniciaron en el preescolar, rompiendo el marco de las puertas, inmediatamente les cayó el consejo comunal, pidiendo participación en la obra, una cuota de obreros para vecinos de la comunidad, además de un 10% de lo asignado para la obra. El consejo comunal asignó un capataz para la obra. Las discusiones produjeron que los trabajos se pararan por un mes y medio, hasta que llegaron los directivos, docentes y obreros y se encontraron con el colegio "crudo", con solo 4 salones habilitados para dar clases, con el preescolar casi en ruinas y con la sorpresita, no aparecían los materiales del comedor, los tenedores, cucharonas y vasos, se perdieron útiles escolares, materiales de construcción, los insumos médicos de la "cruz roja" y hasta los ventiladores de techo.
Inmediatamente el Intendente de Cañada Honda alertó que si no aparecía lo robado, iba a realizar la denuncia en el CICPC, así a los pocos días aparecieron los ventiladores, y algunos utensilios, el comentario en el barrio es que el personal impuesto por el consejo comunal fue el responsable de la "limpieza" de lo poco que servía en el colegio.
Hoy la obra está parada, el colegio peor de como estaba hace tres meses, con un eterno rio de aguas negras que le corre en frente, con los zancudos y la chikungunya a millón, con varias maestras afectadas por el virus. Los directivos se sientan a esperar que el gobierno resuelva, los supervisores de la zona educativa insisten en que las clases no pueden ser suspendidas, que nadie debe quejarse, que todo está normal, que este es el país de las maravillas (y que ellos deben defender el sueldo).
Mientras tanto, 6 grados se compartes 4 salones sin puertas y una cancha, los grados se alternan un dia libre y un dìa de clases en la cancha a la semana. Tres salas de 3, 4 y 5 años se comparten la biblioteca, la cual tiene un baño sin puertas.
Esto no pasa en Somalia azotado por el èbola, no pasa en un país arruinado por la guerra, no pasa en un pueblo pobre y abandonado de la goajira, esto sucede en Maracaibo, a 5 minutos de la sede de la gobernación del Zulia, a 10 metros de la sede del llamado "Garaje del Estado" y actual deposito de insumos para la Misión Vivienda Venezuela.
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