Vecinas comentaron que correr le aceleró los latidos. “El sufría de corazón recrecido”, lamentó una. Criticaron el sufrimiento de las familias para obtener la comida a precio regulado, la escasez de alimentos y los riesgos a los que se enfrentan al amanecer
Por Yasmín Ojeda / Diario la Verdad
Desde el interior de su casa Jesús Lobo, de 71 años, escuchó cuando vecinos de Arismendi gritaron: “tercera edad está pasando rápido a comprar pollo regulado”. Con la algarabía salió corriendo del barrio en dirección a la planta empacadora avícola de Protinal del Zulia. La adquisición de cuatro pollos a 65 bolívares el kilo le animó a acelerar el paso.
Entró sin contratiempos. Desde la puerta le advirtieron que serían dos pollos "por persona" para extender la venta a todos los habitantes. La coordinación de ventas de la empresa agilizó la atención a la tercera edad.
Vecinas comentaron que correr le aceleró los latidos. “El sufría de corazón recrecido”, lamentó una. Criticaron el sufrimiento de las familias para obtener la comida a precio regulado, la escasez de alimentos y los riesgos a los que se enfrentan al amanecer.
Ricardo Martínez, vecino, recordó que al llegar al mostrador de la empresa, donde se pagaba el producto, Lobo falleció. Un infarto acabó con su vida. Un hermano estaba con él. No dio tiempo de ayudarle. Funcionarios policiales del CPBEZ observaron el desplome del anciano. “Él se agarró el pecho. Y en un segundo cayó al mostrador y luego al suelo. Murió”, narró un uniformado.
Martínez explicó que paramédicos de la empresa activaron los primeros auxilios. Una ambulancia privada se movilizó, pero no dio tiempo. Fue rápido. Lobo estaba diagnosticado con deficiencias cardiacas.
A las 10.00 de la mañana una comisión del CICPC inició las investigaciones. Cuatro hermanos de Lobo presentaron el informe médico que indica los problemas de salud del anciano.
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