Los profesionales en los escalafones más bajos ganan menos de 7.000 bolívares al mes. Dirigentes gremiales exigen que se ajusten los sueldos
MARÍA FERNANDA SOJO. / CARMEN SOFÍA ALFONZO A. / EL NACIONAL
Con el aumento de 30% decretado por el presidente Nicolás Maduro, el salario mínimo llegará en julio a 7.421,66 bolívares, un monto superior a lo que devengan maestros, enfermeros y médicos con más de 10 años de experiencia y posgrados. Solo los profesionales de los escalafones más altos están por encima de ese monto.
Un médico residente que trabaja en uno de los hospitales que dependen del Ministerio de Salud tiene un salario base de 5.768 bolívares, mientras que un especialista que presta 6 horas diarias de servicio cobra 6.899 bolívares. “Un médico con seis años de estudios percibe 24% menos de salario que el mínimo establecido”, dijo Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana.
Recordó que el gobierno tiene congelado el contrato colectivo del gremio desde 2003: “Llevamos 12 años y 2 meses esperando. Los incrementos eventuales han sido unilaterales, no nos consultan. Lo que hacen es decretar porcentajes, pero esa no es la vía natural para tener un salario justo y digno”.
Agregó que han solicitado reuniones con representantes del ministerio para pedir que se revisen los sueldos, pero no han obtenido respuestas. Precisó que lo que están solicitando es que se incrementen los sueldos de acuerdo con el valor de la unidad tributaria. “Queremos que el médico rural empiece cobrando 133 UT (19.950 bolívares) y el médico del máximo escalafón 250 UT (37.500 bolívares), y que el sueldo suba con la unidad tributaria”.
Informó que en los próximos días definirán las acciones de protesta que ejercerán para exigir la discusión del contrato colectivo.
En los recibos de pago de los enfermeros se observa una realidad similar a la de los médicos. Ana Rosario Contreras, presidente del Colegio de Enfermeros de Caracas, indicó que desde 2008, cuando se eliminaron las estructuras de cargos en el gremio, los profesionales de la enfermería ganan 5.600 bolívares, sin importar años de experiencias y estudios realizados. Con compensaciones adicionales pueden llegar a 9.000 bolívares, aproximadamente.
En abril el gremio entregó al ministro de Salud, Henry Ventura, un documento para que lo hiciera llegar al presidente Maduro. En el texto explican su situación y le piden un incremento salarial de 300%. “Nos quedamos con esa solicitud porque para nadie es un secreto que la inflación ya está en tres dígitos”.
A su juicio, la elevación del sueldo mínimo evidencia que Maduro no es consciente de la gravedad de la situación económica que vive el país. “El aumento no nos alcanza ni para cubrir los gastos de transporte”, afirmó.
La mayoría de los enfermeros que laboran en Caracas viven en ciudades aledañas, por lo que diariamente pagan alrededor de 80 bolívares para llegar a sus puestos de trabajo, mientras que el incremento decretado por día no llega a 60 bolívares al día, señaló.
Docentes abandonados. Los años de ejercicio y la preparación de los maestros tampoco se equiparan con los salarios que reciben. Un docente con tres años de experiencia cobra 5.947,10 bolívares al mes, mientras que uno con 18 años de experiencia gana 7.404,13 bolívares, ambos por debajo del salario mínimo.
“Son profesionales con maestrías, con posgrados y hasta doctorados que están ganando menos que el salario mínimo. Es la triste realidad del magisterio, de todo el sector educativo. El gobierno nos ha abandonado. Pero tienen que solventarlo”, expresó Orlando Alzuru, presidente de la Federación Venezolana de Maestros.
Explicó que el gremio tiene un contrato colectivo vigente hasta octubre de este año, pero le han solicitado al Ministerio de Educación que haga ajustes antes de la discusión de la nueva convención. “Los sueldos se ven afectados por la inflación galopante y la devaluación del país. Hoy martes tenemos una reunión para solicitar un ajuste. Queremos que el docente uno gane como mínimo cinco salarios básicos, que puedan cubrir el costo de la canasta básica”, reiteró.
A la espera del contrato marco. Cuando el presidente anunció el incremento de sueldo aseguró que había ordenado ajustar la escala de salarios de la administración pública y la de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Y prometió que iban a firmar los contratos colectivos que estaban pendientes.
Antonio Suárez, presidente de la Federación Nacional Unitaria de Empleados Públicos, indicó que más que el ajuste de los sueldos, lo que es más urgente es la discusión del contrato marco que está vencido desde 2006.
“Los aumentos son buenos, pero que no se piense que eso satisface los requerimientos de la administración. Desde diciembre estamos esperando la contraoferta del gobierno por las cláusulas económicas. Más que el sueldo, además del sueldo, necesitamos los beneficios”, dijo.
“Para que estén contentos”
Los salarios de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana tradicionalmente eran en función de cada jerarquía, eran producto de proyecciones económicas que hacía la institución castrense, y eran “manejados exclusivamente por las directivas del cuerpo”, expresó Fernando Ochoa Antich, general de división retirado. “No se hacían porque se los hicieran a los demás trabajadores, como ocurrió el 1° de mayo”.
Que se hagan públicamente y vinculados a actos políticos es nuevo, añadió. Sobre el primer aspecto indicó que es negativo porque “cae mal” al resto de los sectores que no reciben alzas. “Cada sector debería tener su incremento con base en sus intereses y situación económica. Las FANB es una institución que requiere respeto de la ciudadanía, pero que se les aumente públicamente más bien genera rechazo al cuerpo castrense”.
A propósito de la relación con la política, dijo que “los militares son la garantía de la estabilidad del gobierno. Los gobernantes tienen interés de que estén contentos”.
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